Caza de Ballenas

En contra a la caza de Ballenas

Caza de Ballenas.

La caza de ballenas no es la única amenaza para estas especies. Los océanos, o más aún, el impacto humano sobre los océanos, han cambiado dramáticamente durante el medio siglo transcurrido desde que las ballenas están protegidas.

Caza de Ballenas

En 2003 Palumbi y sus colegas utilizaron muestras de ADN con el fin de calcular si la población de ballenas yubartas podría haber alcanzado la cantidad de 1,5 millones antes del inicio de la caza comercial de ballenas en el siglo XIX. Esta cantidad hace pequeña la cifra de 100.000 ejemplares aceptada previamente por la CBI según los registros balleneros del siglo XIX. Actualmente existen solamente unas 20.000 yubartas.

Caza de Ballenas

El Día de Acción Global en contra de la caza de ballenas movilizó a miles de personas de España, Holanda, India, Japón o Alemania en contra de la caza de ballenas. La organización lanzó una campaña en Internet en la que todos los ciudadanos y ciudadanas pueden convertirse en "Defensores de los Océanos", ciberactuar en contra de las empresas que financian la caza de ballenas, participar en todas las actividades que Greenpeace promueve para salvar los océanos, o comunicarse con políticos, empresas o consumidores para frenar la destrucción a la que están expuestos nuestros océanos.

Caza de Ballenas

La caza ilegal de ballenas en el Santuario Ballenero de la Antártida es sólo la punta del iceberg de la destrucción a la que están expuestos nuestros océanos. A pesar de que proporcionan la mitad del oxígeno del planeta, los vaciamos de vida, arrasamos sus fondos con enormes redes pesqueras, les arrojamos nuestros residuos y les golpeamos con el cambio climático. Si no queremos océanos desprovistos de vida y belleza, debemos actuar para salvarlos ahora", ha declarado Shane Rattenbury, responsable de la expedición.

viernes, 18 de septiembre de 2015

En contra a la caza de ballenas.

La industria ballenera ha cazado una población tras otra de este grandioso cetáceo, persiguiendo nuevas especies a medida que se iban agotando. Hace ya casi 40 años que Greenpeace empezó a concienciar al mundo sobre esta masacre.
En 1982 se prohibió la caza comercial de ballenas en los países que formaban parte de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), debido a una elevada presión social y al lamentable estado en el que se encontraban las poblaciones de estos mamíferos. España era uno de los países que cazaba ballenas hasta que entró en vigor esta moratoria, algo que no sucedió hasta 1986. De hecho, el barco de Greenpeace Rainbow Warrior I estuvo apresado en El Ferrol por la Armada Española por oponerse a los balleneros gallegos. En 1994 la misma CBI creó un Santuario de Ballenas en la Antártida.
A pesar de estas prohibiciones, varios países siguen acabando con ellas:
  • Noruega presentó una objeción oficial a la moratoria en 1982 y continúa cazando en el Atlántico Norte.
  • Islandia abandonó la CBI en 1992, pero se reincorporó en 2003, con una objeción a la moratoria y comenzó la caza comercial en 2006.
  • Japón caza ballenas en la Antártida y el Pacífico Norte, utilizando una laguna de la moratoria a la caza comercial de ballenas, que permite a los países cazar ballenas para “investigación científica”. Sin embargo, esta “caza científica” es una farsa, ya que la carne de ballena se empaqueta y se vende en el mercado. En 2008, dos miembros de Greenpeace Japón, Junichi Sato y Toru Suzuki, destaparon el escándalo de contrabando de carne de ballena y demostraron cómo la carne llegaba a los mercados. A pesar de las pruebas, fueron condenados a 18 meses de prisión con tres años de libertad con cargos en un proceso judicial lleno de irregularidades. En marzo de 2014 el Tribunal Internacional de La Haya declaró ilegal la caza de ballenas con fines científicos de Japón en la Antártida.
Además de su caza, ahora las ballenas también tienen que hacer frente a otras causas que están afectando seriamente a su supervivencia: el cambio climático, la contaminación, la destrucción del hábitat y la pesca descontrolada son problemas que se deben ser abordar urgentemente si queremos un mar saludable para las ballenas, para todos los seres que en él viven y para las comunidades que dependen de él.
Lamentablemente, de las diferentes especies de ballenas que existen, casi todas sus poblaciones se encuentran reducidas, algunas al borde de la extinción, otras en lenta recuperación y algunas tienen en jaque a los científicos, que no logran descifrar si se recuperan o decrece su número. Por ejemplo, la ballena azul -el animal más grande que ha habitado jamás el planeta- aún no se ha recuperado de la caza indiscriminada que la llevó al borde de la extinción. Y como ella, muchas otras.
Estos datos son especialmente preocupantes, pues las ballenas viven mucho tiempo -pueden alcanzar entre los 70 y 150 años- y su reproducción es muy lenta.